Nuestro objetivo es ser capaces de vivir mil días distintos y no el mismo día mil veces. Lo importante no es si hay vida después de la muerte, sino si hay vida antes de la muerte.
Porque viajar es dar más vida a la vida.
Y viajar es, sobre todo, hacer que la vida se nos haga mucho más larga. El cuerpo y el cerebro tienden a ahorrar energía, cuando pasamos demasiado tiempo en un lugar, miramos sin ver, escuchamos sin oír. Los días pasan rápidos e iguales, parecidos a otros días rápidos e iguales. Pasamos varias veces por la misma calle y nunca vemos el letrero de hierro forjado de la vieja tienda. Un día lo descubrimos por primera vez y nos dicen que lleva allí ciecuenta años.
En los viajes, los sentidos están alerta: miramos, viendo; gustamos, degustando; escuchamos, oyendo. Olemos por primera vez olores que conocíamos desde niños: nos sentimos profundamente vivos. Descrubrimos que el tiempo no existe, porque podemos aumentar nuestra vida haciéndola más intensa.
De la revista "Ronda IBERIA" (Eugenia Ri??? / Escritora)
No hay comentarios:
Publicar un comentario